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Historia

El Fondo para la Educación Teológica (FTE) le pidió en los 80 a Justo González, el historiador y teólogo metodista, hacer un estudio de la educación teológica hispana en los E.U.A., parte de una propuesta para la Fundación Pew.

El estudio halló que, communion de las 230+ escuelas de teología acreditadas por la Asociación de Escuelas Teológicas de los E.U.A. y Canadá (ATS), sólo un puñado tenía algún/a hispana/o en su profesorado. Ministros/as, seminaristas o estudiantes universitarios/as con interés en teología o religión tenían, pues, escasas posibilidades de estudiar alguna vez con un/a profesor/a latino/a, o de obtener una educación conectada con la realidad latina.

Ese estudio persuadió a Pew a dar fondos al FTE para becar a los/as mejores candidatas/os latinos/as en maestrías y doctorados en teología o religión. Tal proyecto se materializó en nuestro programa hermano, la Iniciativa Teológica Hispana (HTI), el cual busca diversificar al profesorado estadounidense de los posgrados de teología y religión mediante la elevación de la calidad, el número y el porcentaje de graduados/as latinos/as de esos mismos programas.

¿Y qué hacer mientras suficientes hispanos/as terminan sus doctorados y entran al profesorado permanente de instituciones predominantemente blancas?

$50,000.00 de los fondos de Pew fueron precisamente destinados a crear un programa anual, ecuménico e itinerante, donde el pequeño profesorado latino en teología y religión existente pudiera venir a enseñar, un curso cada uno/a, para que estudiantes de posgrado del país entero pudieran tomar un curso de entre varios/as profesores/as hispanos/as –por primera y quizá única vez en sus vidas– disfrutando en comunidad por dos semanas intensivas en el verano, en un programa que se reúne cada año en una institución de una familia denominacional y de una región diferentes.

El Programa Hispano de Verano tuvo lugar por vez primera en el verano de 1989, en la Escuela Teológica Andover Newton, honrando la memoria de su recién fallecido Decano, el Rev. Dr. Orlando Costas, un verdadero pionero de la teología hispana en los E.U.A. Justo González se convirtió en su primer Director Académico, mientras que sus fondos pasaron a ser administrados desde las oficinas del FTE por el Rev. Dr. Benjamín Alicea.

Justo Gonzalez Seis años luego, Justo escribió a 150 presidentes/as, decanos/as, y profesores/as latinos/as de una variedad de escuelas y departamentos de teología de regiones del país con una elevada población latina, pidiéndoles invertir en su propio futuro mediante una contribución de escasos $12 diarios ($4,500.00 al año). A cambio, aparte de los beneficios a largo plazo implícitos en la diversificación de su propio profesorado y estudiantado, el PHV brindaría cada verano al estudiantado de esas instituciones un conjunto de cursos de posgrado de alta calidad, tanto en inglés como en español, por una fracción de su costo real. Para la grata sorpresa de todas las personas envueltas, la respuesta a esa invitación fue entusiasta, casi abrumadora.

La primera Junta de Síndicos del PHV –un representante de cada una de las instituciones que aceptaron patrocinar el programa– se reunió en el Seminario Teológico de Princeton durante el verano de 1995. La Asociación para la Educación Teológica Hispana (AETH) se convirtió entonces, hasta el 2006, en la agencia administradora del PHV.

Desde 1989, más de 1000 estudiantes latinas/os de posgrado, y por encima de 100 no-latinas/os, han tomado cerca de 150 cursos en el PHV con no menos de 100 profesoras/es hispanas/os diferentes.

Desde entonces, cerca de 40 departamentos de teología, seminarios y otras instituciones de educación teológica, protestantes, católicas, evangélicas y pentecostales, se han sumado a la lista de patrocinantes del PHV.

Así, desde 1989, más de 1,000 estudiantes de posgrado, latinas/os en su mayoría, han estudiado en el PHV con cerca de 100 profesores/as hispanos/as, pasando muchos/as de ellos/as a formar parte del profesorado de varias instituciones a lo largo de las Américas, a ser ministros/as en una variedad de iglesias y denominaciones en los E.U.A. y Puerto Rico, o a ocupar altas posiciones administrativas en sus universidades, seminarios y denominaciones.

Al inicio de nuestra segunda década de existencia, se estableció un fondo permanente en 1998 para asegurar la continuidad y la salud financiera de nuestro programa. Este fondo permanente, administrado actualmente por la Fundación Presbiteriana, hace del PHV el único programa hispano de educación superior en los E.U.A. enteramente autosostenible desde el punto de vista financiero.

Auto-administrado, incorporado, y económicamente sólido, el PHV está ahora entrando en su tercera década de existencia.

Verdaderamente, nuestra historia apenas está comenzando.